domingo, 15 de junio de 2008

No te enganches

Hace tiempo que trato de no engancharme con nadie. Si, así literalmente, engancharme. Suelo sufrir demasiado por las ausencias de las personas con las que hablo siempre. Cometo el error de reclamar un poco de atención, no debo hacerlo. No debo sentarme a esperar a nadie, debo seguir caminando. Tengo que meterme en la cabeza que la gente que te quiere de verdad no te pide que la esperes, si no que te sigue a donde vas. Sufro la indiferencia o el descuido de los demás. Suelo entregar el doble para mitigar mi dolor, pero no me hace bien, no me siento bien.
No debo tapar agujeros. Hay días en los que es poco lo que hago en casa y me paso horas frente a la computadora, supuestamente, haciendo de todo. Pero en realidad, solo espero que alguien se digne a hablar, que diga: hola y quiere conversar. Pasan horas en que no hablo con nadie y la música transcurre sin novedades. No tengo que detenerme, tengo que seguir... aunque muy intimamente tenga necesidad de alguién más.

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