viernes, 1 de febrero de 2008

Tristezas...

Todo este tiempo he dejado en palabras todo aquello que siento.  He intentado exorcizar cada hecho de mi vida, para que me resulte agradable o al menos digerible y no me hagan daño, no me lastimen. Las palabras fueron la excusa, fueron la herramienta que necesité para salirme de mi y para mostrarme a los demás.

Un exceso de timidez hace que no pueda hacer este trabajo en persona. Este exceso hace que me cueste entablar relaciones con la gente y hasta puedo decir que estoy sola, por este motivo.

Me paralizo, me da miedo, quedo muda, sorda, ciega y no me permito vivir con libertad. Mi miedo va más allá que mis ganas y mi timidez me ata a la cama y no deja que levante pie ni cabeza.

Soy un ave que sueña volar por altas cumbres, pero hay días en que apenas puedo despegar mis pies del piso. Hay días como estos, en que mi timidez está acompañada por un exceso de tristeza inexplicable. Tristeza que no entiendo, que  no tienen  causas ciertas en apariencia, pero que logran hacerme lagrimear, recordar, ponerme nostálgica y hasta demasiado pensativa.

Tan solo en apariencia, mi tristeza viene de mis deseos de tener gente amiga, pero que a pesar del cariño que uno les tiene se desaparecen, no dan señales de vida, no muestran que están. Mi tristeza tiene que ver con mi necesidad personal de hablar, de sentir que mi oído sirve, de sentir que puedo hablar y me escuchan. Mi tristeza tiene que ver con mi necesidad de armar mi propia vida, de tener mis propias cosas, de ser madre, de ser esposa... pero no puedo, no soy capaz, ni siquiera se como cambiar la vida para que todo esto se de. Es como tener todo al alcance de mis manos pero no tener manos para asirla. Mi tristeza tiene que ver con la soledad del alma y con que tengas tus alas cortadas y no puedas volar.

A veces, creo con fuerzas que necesito analizarme. Que mi vida de esta forma tiende a enfermarme cada día más. Pero da miedo aceptar que se necesita de un terapeuta para solucionar los problemas. Da miedo darse cuenta de que una por sus medios no puede lograr absolutamente nada bueno, si no que se va hundiendo cada día más. En realidad, casi nunca pienso sobre esto... salvo cuando estoy triste, cuando no me puedo sacar ese peso de encima.

Siempre me muestro con una gran sonrisa, porque ser que a pesar de todo es saludable sonreír... pero es tan grande el esfuerzo que hago para lograr esa mueca en mi rostro... que no se si alguien se dará cuenta del dolor que tengo dentro mío, de mis ganas de llorar, de mis ansias de un abrazo, de mi necesidad de patear el tablero y gritar, sollozar,  gritar, pegarle a una pared, sacarme de encima la bronca y la desolación. Mirar a ciertas personas a la cara y sacarme la bronca de encima! insultar! descargar sobre ellos toda mi inconsciencia.... pero no soy capaz. No me lo permitiría, mis fuerzas no sirven para eso, mis lágrimas queman por mi impotencia... y me quedo en un rincón, me acurruco en la oscuridad y solo puedo llorar...

Hoy no es día femenino... este pensamiento siempre está... aun cuando todo parece estar bien.

No quiero más cárceles, ni ataduras, no necesito de presencias que sin estarlo me lastiman, no necesito de palabras bien intencionadas que más que ayuda son una complicación... no quiero más, solo quiero salirme de este pozo, encontrar la respuesta a tantas dudas, a tantos desafíos, ver la luz en esta agonía. Quiero abrir mis ojos y verte allí, delante mío... sin necesidad a sufrir la ansiedad por tu búsqueda, a no ser consciente de que te necesito ... quiero encontrarte y no ser consciente de que estoy desesperada esperándote....

No  se si estas palabras tienen explicación. Son palabras que fluyeron espontáneamente desde el corazón... no le puse límites... será una buena forma de empezar?

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